miércoles, 28 de abril de 2010

Benedicto XVI: Recuperar el rostro de la persona en internet

La Iglesia debe “recorrer los caminos del continente digital”

“Os exhorto a recorrer, animados por el valor del Espíritu Santo, los caminos del continente digital”, así habló el Papa Benedicto XVI el pasado sábado a los participantes en el Congreso Nacional Testigos digitales. Rostros y lenguajes en la era crossmediática, promovido por la Conferencia Episcopal Italiana.
“Nuestra confianza no está acríticamente depositada en instrumento alguno de la técnica – afirmó el Pontífice –. Nuestra fuerza está en ser Iglesia, comunidad creyente, capaz de testimoniar a todos la perenne novedad del Resucitado, con una vida que florece en plenitud en la medida en que se abre, entra en relación, se dona con gratuidad.”.
El Papa reconoció que en la época actual “conoce un enorme ensanchamiento de las fronteras de la comunicación, realiza una convergencia inédita entre los diversos medios de comunicación y hace posible la interactividad”.  La red manifiesta, por tanto, “una vocación abierta, tendencialmente igualitaria y pluralista”, pero al mismo tiempo “abre una nueva brecha”, que hoy se llama la “brecha digital”.
Esto “separa a los que están dentro de los que están fuera, y se añade a las demás brechas que ya alejan a las naciones entre sí y en su interior”.
Aumentan también “los peligros de homologación y de control, de relativismo intelectual y moral, ya bien reconocibles en la flexión del espíritu crítico, en la verdad reducida al juego de las opiniones, en las múltiples formas de degradación y de humillación de la intimidad de la persona”, una auténtica “contaminación del espíritu”.
Los cristianos, sin embargo, deben superar “esas dinámicas colectivas que pueden hacernos perder la percepción de la profundidad de las personas y aplanarnos sobre su superficie”, y que transforman a las personas en “cuerpos sin alma, objetos de intercambio y de consumo”. Es necesario volver a contemplar el “rostro” de cada persona, explicó el Papa.
“Los medios de comunicación se pueden convertir en factores de humanización”, cuando “están organizados y orientados a la luz de una imagen de la persona y del bien común”, y se centran “en la promoción de la dignidad de las personas y de los pueblos”, animados por la “caridad” y puestos “al servicio de la verdad, del bien y de la fraternidad natural y sobrenatural".
Sólo en estas condiciones “el cambio de época que estamos atravesando puede revelarse rico y fecundo en nuevas oportunidades”.
Misión digital
En este sentido, el Papa subrayó que la Iglesia tiene una importante misión en este campo, y que debe adentrarse “en el mar digital, afrontando la navegación abierta con la misma pasión que desde hace dos mil año gobierna la barca de la Iglesia”.
“Más que por los recursos técnicos, aún necesarios, queremos cualificarnos habitando este universo con un corazón creyente, que contribuya a dar un alma al ininterrumpido flujo comunicativo de la red”. Cada cristiano que trabaja en los medios de comunicación, explicó, tiene la misión de “allanar el camino a nuevos encuentros, asegurando siempre la calidad del contacto humano y la atención a las personas y a sus verdaderas necesidades espirituales”. Hay que ofrecer “a los hombres que viven en este tiempo 'digital' los signos necesarios para reconocer al Señor", añadió el Papa.
Para concluir, exhortó a los profesionales de la comunicación a “no cansarse de nutrir en su propio corazón esa sana “pasión por el hombre” que se convierte en tensión a acercarse cada vez más a sus lenguajes y a su verdadero rostro”.
“Os ayudará en esto una sólida preparación teológica y sobre todo una profunda y alegre “pasión por Dios”, alimentada en el continuo diálogo con el Señor”, agregó.

lunes, 26 de abril de 2010

La misión de Iglesia, dar un alma al continente digital

El presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales promueve “testigos digitales”

ROMA, domingo 25 de abril de 2010 (ZENIT.org).- La Iglesia tiene la tarea de dar un alma al continente digital, no simplemente la de hacerse un espacio en el mismo, y para ello son necesarios "testigos digitales", explica el hombre a quien Benedicto XVI ha encomendado la pastoral de la comunicación.
El arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, ha presentado este objetivo en el congreso que lleva precisamente por tema "Testigos digitales" (http://www.testimonidigitali.it), organizado por la Conferencia Episcopal Italiana, en Roma, del 22 al 25 de abril.
Se trata de un encuentro que tiene lugar ocho años después de otro congreso de características similares y que marcó decididamente la manera de comunicar de la Iglesia en Italia e incluso fuera de sus fronteras.
"Hoy nos encontramos como explorando un nuevo mundo", reconoció monseñor Celli. Ahora ya no se presta tanta importancia al medio, cuando "al protagonista de la comunicación, el testigo".
"Un testigo --añadió--, que mientras tanto se ha convertido en digital, subrayando en este dato técnico una transformación que no es sólo trasformación. Realmente se abre y desvela cada día un mundo nuevo ante nuestros ojos".
No se trata sólo de cambios comunicativos, advirtió, "cambio de ritmo en las relaciones que el conocimiento y el saber humano han entretejido desde siempre con la sociedad civil", subrayó.
"Hoy, sin caer en el riesgo de ser banales, no se puede seguir hablando de la importancia de los medios de comunicación. La vida, los acontecimientos, todo esto que nos rodea son un continuo e incesante recordatorio: los medios se han metido ya y de muchas maneras en nuestra vida y con frecuencia no sólo la orientan, sino que a condicionan, reclaman por así decir una consideración que les corresponde por derecho".
Por este motivo, monseñor Celli considera que ahora la atención principal hay que ponerla en el ser humano, "que ha corrido el riesgo de ser aplastado por la invasión de las nuevas tecnologías y a quien se le pide retomar plenamente su propia responsabilidad".
Hoy, añadió el arzobispo, "no estamos llamados a ser simplemente ciudadanos, quizá perdidos o sólo llenos de maravilla, en el continente digital. Nuestra tarea tampoco es la de ocupar cualquier espacio y hacernos presentes porque no se puede hacer otra cosa".
"Estamos llamados, más bien, a dejar huella visible --subrayó--, huellas reconocibles que hagan pensar por los trazos que hemos dejado precisamente en nuestra presencia".
"Si la red por definición es virtual, nos corresponde la tarea de hacerla concreta, de darle profundidad, de ofrecerle en cierto sentido alma y, por tanto, vida".
"Como los primeros apóstoles se echaron a los caminos entonces conocidos del mundo, de este modo la red tendrá que servirnos para difundir la Buena Noticia", que no es sólo una "imagen poética".
"Ciertamente tenemos necesidad de estar bien equipados con conocimientos, y por tanto a nosotros nos corresponde conocer hoy los caminos y movernos con seguridad --indicó--. Pero por encima de todo se nos pide hoy tener clara la meta y conocer a fondo los objetivos".
A los "testigos auténticos y valientes", dijo, citando del mensaje que ha enviado Benedicto XVI con motivo de la XLIV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el continente digital les debe "allanar el camino a nuevos encuentros, asegurando siempre la calidad del contacto humano y la atención por las personas y sus verdaderas necesidades espirituales".
Esto significa, indicó, ejercer "la diaconía de la cultura digital, que se presenta hoy como un servicio no sólo útil, sino necesario, subrayando la dimensión antropológica de todo el fenómeno de la comunicación", pues el desafío no es el de utilizar instrumentos, o máquinas, sino dar un alma.
El prelado concluyó de este modo haciendo referencia al "patio de los gentiles" que ha pedido Benedicto XVI, ese espacio en el que la Iglesia pueda entablar un diálogo con creyentes en otras religiones o no creyentes, como sucedía en el templo de Jerusalén.
"Creo que el Papa nos invita a un diálogo a 360 grados, abierto a todo hombre" y "que deberíamos reflexionar sobre la vocación de nuestros medios de comunicación en casa. No son escuelas de fundamentalismo religioso, sino que quieren ser verdaderos momentos de encuentro, de diálogo, de escucha vivida en el respeto, pero también en la autenticidad de lo que somos".

domingo, 25 de abril de 2010

Ataques contra el Papa... detengámoslos

RELIGIÓN Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La carrera por hacer titulares ha llevado a algunos medios a mentir, falsear y calumniar. Un diagnóstico de la prensa, al menos de la aquí citada, apunta a su triste y vergonzoso ocaso.

El abuso de los abusos. Historia de una deficiente gestión mediática. Omisiones, tergiversaciones, calumnias, falsedades, fantasías e invenciones con un objetivo: el Papa

Han pasado cinco años desde la publicación de aquella conocida portada del periódico The Mirror que, tras la elección del cardenal Joseph Ratzinger como Papa, decía “God´s Rottweiler” (El rottweiler de Dios). Ya por entonces, los diferentes titulares, de carácter más bien hostil, presagiaban la relación que ofrecerían la mayoría de la prensa laica mundial a aquel que como cardenal ya habían tratado severamente mal.

A lo largo de este lustro, Benedicto XVI se ha enfrentado a no pocas crisis mediáticas. Entre las más significativas han estado: 1) el hecho de ser de origen alemán y por eso, ipso facto, tacharlo de “nazi”; 2) la lección magistral de septiembre de 2006 en la universidad de Ratisbona, de donde se extrapoló una parte del discurso y se ocasionó la ira islámica; 3) en enero de 2008, la negativa de una mínima parte del claustro de profesores y estudiantes de la universidad de La Sapienza, en Roma, para que el Papa inaugurase el año académico (a raíz de una interpretación errada de un discurso sobre Galileo que, como cardenal, habría pronunciado Ratzinger en la misma institución); 4) el levantamiento de la excomunión a los obispos “lefebvristas” de inicios de 2009 y la desconocida opinión de uno de esos obispos, Richard Williamson, sobre el holocausto hebreo; y, por último, 5) el revuelo a raíz de la respuesta del Papa al periodista de France 2 sobre el condón, en el vuelo rumbo a Angola de marzo de 2009.

Pero quizá ninguna otra crisis haya sido tan mordaz como la del tema de los abusos por parte del clero católico. Sin minusvalorar la tristísima realidad de hechos comprobados y siempre reprobables en este campo, la prensa ha buscado no sólo exprimir y generalizar hasta la saciedad las debilidades de algunos miembros de la Iglesia, sino también involucrar y manchar la imagen de Benedicto XVI.

Ya el 1 de octubre de 2006 se había dado el primer intento cuando la BBC puso al aire “Sex crimen and the Vatican”, un programa de unos 40 minutos lleno de delicados errores claramente porráceos que, además, denotan palmariamente su mala intención en el afán del desprestigio del Papa. Mal utilizando documentos de la Iglesia (“Crimen sollicitationis” y la carta “Ad exequenda”), sirviéndose de viejos filmes y entrevistas no datadas, el programa adultera, deforma e interpreta a su antojo la información.

Uno de los más penosos errores fue afirmar que Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, es el autor de “Crimen sollicitationis”, documento aparecido en 1962 y preparado por la entonces Congregación para el Santo Oficio, hoy Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF en adelante). Así, el programa mal informa sobre el autor (Joseph Ratzinger por entonces ni siquiera vivía en Roma ni mucho menos era prefecto) y el contenido......

.....El abuso mediático del tema de los abusos plantea la seria consideración del tipo de periodismo que se hace actualmente en buena parte de los medios de comunicación de mayor trascendencia. Las informaciones parecen haber abdicado de la necesidad de investigaciones serias, fuentes contrastadas y contenidos veraces. Crear morbo, vender y calumniar parece ser la pauta a seguir. No sé si muchos de los medios referidos en este análisis sean verdaderamente anticristianos, pero sí sé que no han hecho periodismo.

"Es urgente tomar conciencia del daño que podría hacer este tipo de periodismo mediocre... Sabemos que nuestra querida Iglesia es santa y pecadora a la vez, pero no dejemos que unos cuantos hijos de las tinieblas nos confundan y hagan que olvidemos que pertenecemos a una familia que está llamada a ser SAL Y LUZ de la tierra. No caigamos en la ingenuidad, y sepamos hacer frente en forma objetiva a las acusaciones contra nuestra familia y sobre todo contra nuestros querido Papa... como decía la comunidad de jóvenes de la JMJ Madrid "Sepamos dar la cara por el Papa"