martes, 23 de febrero de 2010

¿Qué mueve nuestras entrañas?









He visto un anuncio de sensibilización por la televisión que me ha dejado impactada... decía algo asi: "_ Solo duró un minuto y mató más del doble de personas que las bombas de Hiroshima y Nagasaki (95.000 muertos aprox.)" ....., el terromoto de Haití ha dejado un saldo con cifra oficial de 297.000 muertos. El Presidente de Haití; René Préval, ha dicho en la Cumbre de presidentes en México, que la cifra incluso llegaría a los 300.000 muertos; una cifra exorbitante y alarmante; ha pedido ayuda a la cumbre para que se pueda colaborar con el pais en su reconstrucción física y económica. 
Estos hermanos nuestros, están viviendo el infierno en la tierra; desde nuestras posibilidades, ¿hemos estado presente con ellos?... me refiero a los vivos, a los que aún deben afrontar la vida y una vida no muy prometedora que digamos, teniendo en en cuenta la situación actual de su entorno... ¿Hemos clamado a Dios por el consuelo de estos nuestros hermanos?.... 
No todos podemos ir hasta Haití para prestar nuestra colaboración, pero es muy probable que podamos hacerlo con muchos otros que quizás superen ampliamente las cifras anteriores, que también están muertos en vida, muertos porque no tienen voz, muertos por la marginación, muertos por un sistema que los aplasta y los abliga a hacer experiencia de la nada, de la desesperanza, el horror, la violencia, la injusticia, el atropello de su dignidad.... 
Miremos nuestros entorno, es más que seguro que encontremos a varios en esta situación.... ¿Es necesario que mueran tantos para que llamen nuestra atención?... ¿Acaso hace falta una catástrofe para que se nos conmuevan las entrañas?.... Solo miremos a aquellos niños que duermen en las calles, a los enfermos abarrotados en los hospitales sin una buena atención, a las niñas y niños victimas de prostitución y abusos, a las madres que no tienen con que alimentar a sus niños, a las cientos de personas que mueren a causa de la guerra o porque algún loco terrorista se le ocurrió hacer estallar una bomba... También ellos merecen nuestra solidaridad y nuestra compasión.... Si no podemos ayudarlos materialmente, tenemos un regalo enorme que darles... infundir en ellos la esperanza de la salvación que Cristo nos ha dado a través de su sufrimiento, humillación y su propia muerte.... Seamos testigos de Cristo, portadores de SU AMOR, aquel amor que hace que miremos cada una de estas penosas situaciones con una Esperanza Evangélica.... Sigamos orando para que la Civilización del Amor se instaure en cada una de las sociedades del Mundo......

2 comentarios:

  1. Tiene usted toda la razón,lo mismo valdría para nuestros hermanos de Chile. Buen artículo, da que pensar. Philip

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  2. ¡Muchas gracias por tus comentarios! Me anoté como seguidor de tu blog, ojalá vos también sigas el mío. ¡Gracias! Unidos en la oración,

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